El humo del cigarro es una fuente secundaria de esta contaminación, formada principalmente por dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno. Las

La lluvia, la nieve, la niebla y otras formas de precipitación arrastran estos contaminantes hacia las partes bajas de la atmósfera, depositándolos sobre las hojas de las plantas, los edificios, los monumentos y el suelo.
A través del ciclo hidrológico, el agua se mueve en plantas y animales, ríos, lagos y océanos, evaporándose a la atmósfera y formando nubes que viajan empujadas por el viento, de tal suerte que si transportan contaminantes, éstos pueden alcanzar casi cualquier lugar sobre la superficie terrestre.
Todo esto produce que muchos de los alimentos que consumimos sean perjudiciales para la salud, ya que cuando llueve todos los gases caen en las verduras que injerimos. Aunque algunas frutas son deterioradas por los granizos y las lluvias fuertes como es el caso de la fresa.

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